- Necesidad de una ocupación.
- Ojalá conforme a los dones propios.
- Conveniente encontrar propósito de vida.
- Aconsejable cambiar de actividad después de 8 a 10 años.
Sin duda, encontrar nuestro lugar y color en el universo de la creación es fundamental para caminar en proceso de madurez y de motivación, sentido y autoestimulación. Búsqueda de felicidad. Y si se tiene fe hacer de la propia ocupación plataforma de vida eterna, haciendo la voluntad de Dios.
Que mejor que este lugar sea conforme a los propios dones. Entonces la motivación y sentido se irán haciendo plenos y la persona irá dando todo lo que tiene y puede. Si es estimulado por su fe en Jesús, su vida se convertirá en una pasión por Dios y por la humanidad.
Sin duda conveniente encontrar el propósito de la propia vida. Para nosotros personas cristianas católicas, somos llamados a encontrar nuestro principio y fundamente desde Jesús, aterrizado en la vida y vocación específica a la que vamos respondiendo; una joven me decía en su camino de discernimiento vocacional a la vida religiosa: “Padre Marco, en este modo de vida he encontrado mi lugar. Me lo comentó hace cuatro años y hace poco me decía, además me he dado cuenta que Dios lo quiere más que yo”. Y sin duda sigue adelante, teniendo la fuerza para vencer dificultades, para ir vertebrando sus deseos en compañía de Jesús y en la forma de vida concreta que ha alcanzado”. Entonces la felicidad se vive en lo cotidiano con todo el realismo propio de la senda por donde se camina. Y si se es joven se abraza con alegría y entrega.
Sin embargo, aunque se encuentre vocacionalmente el propio lugar, es tan sano cambiar de actividad cada 8 o 10 años, si es posible, pues las personas por más cuerdas que podamos ser, nos acomodamos y hasta nos posesionamos, es decir nos hacemos patrones de un cargo, de un servicio y cuando nos damos cuenta, si es que somos conscientes, hasta nos hacemos indispensables. De ahí que sea sano tener la cordura de buscar el cambio o al menos críticamente buscar renovarnos. Cuando llegamos a ese tiempo en un servicio, podríamos preguntarnos: ¿Qué más sigue?; ¿Qué hacer para renovarnos?; ¿Qué más en el horizonte?; ¿Es conveniente arriesgar un nuevo derrotero?; ¿Estoy en grado de aprender algo nuevo?; ¿Estoy dispuesto a seguir caminando?; haciéndose sabio en el riesgo y en saber empezar de nuevo.
P. Marco A. Véliz Cortés Sch. P.

MARCO ANTONIO VÉLIZ CORTÉS
Escolapio
Nacido en Veracruz, México, en 1958. Escolapio hace 45 años. Entre las escuelas y la formación. Lic. en Ciencias Sociales y Teología Espiritual. Facilita ejercicios espirituales y actualmente Provincial.